Y cuando el miedo paraliza
¿Para qué me sirve que el miedo me paralice?
Un roedor se esconderá de la vista del zorro. ¿Y que pasa si aparece el zorro cuando él está al descubierto?
Con mayor probabilidad se quedará paralizado. Podría huir pero sabe por instinto que el zorro es más rápido y no haría más que llamar la atención sobre él debido al movimiento, así que automáticamente, se queda inmóvil, enlentece su metabolismo para que todo vaya más lento, casi en parálisis.
Y cuando el miedo paraliza
¿Para qué me sirve que el miedo me paralice?
¿Y para qué?
Para defender su vida, quieto, inmóvil, paralizado. Buscando que el depredador pierda interés por él, lo dé por muerto, por poco apetecible, lo abandone y así salvar su vida.
En los humanos ocurre lo mismo, el mecanismo de la ansiedad nos protegía ancestralmente de los grandes depredadores. Y ahora, después de miles de años presentamos esta conducta en situaciones que interpretamos potencialmente peligrosas y no estamos totalmente seguros de salir airosos en su ejecución.
Ante un examen, escrito u oral. Tocar un instrumento en público, dar un concierto, un recital, hablar en público o pasar el examen de conducir.
También ocurre la paralización en situaciones donde somos víctimas de agresión. Y la reconocemos también en situaciones donde a posteriori evaluamos nuestra conducta “ay, podría haber dicho esto o aquello”, retomando aquello que hubieramos deseado verbalizar una vez pasada la situación. El mecanismo de ansiedad se sobre activa en dichas situaciones.
Las consecuencias de estos actos limitan mucho la superación de situaciones, haciendo pasar un mal trago, muchísimos nervios, incluso el abandono de nuestros objetivos.
La parálisis se presenta ante situaciones donde está siendo evaluada la conducta y esta evaluación se percibe con temor, ya sea porque queremos agradar o por que queremos obtener un beneficio por ello.
Y lo paradójico es que se consigue lo que se busca. Evitar la evaluación y por tanto librarse del peligro. La ansiedad ha hecho bien su trabajo.
La pega es que condena a seguir sufriendo este problema, cada vez pasa con mayor frecuencia, mayor miedo e incapacidad. Además de la falta de consecución de los objetivos.
La parálisis, dificulta poner en marcha el plan de acción que teníamos preparado, incapacitándonos para la ejecución.
¿Y como librarme de esto?
Tenemos diferentes estrategias de afrontamiento para estos casos. Depende del caso en particular optaremos por una solución u otra.
En ocasiones optaremos por la técnica de inoculación de estrés, sería como una vacuna para la ansiedad. Es decir, enseñamos a la persona cómo gestionar los niveles de ansiedad. No conviene reducirla a 0.
Recuerda: la ansiedad protege, facilita, prepara, motiva. Lo que no queremos es que paralice.
Así se gestiona también la ansiedad anticipatoria. Sí, esa que te tiene días con el estómago revuelto, que no te deja dormir o hace que te muerdas las uñas, fumes, comas de más.
La ansiedad te mueve, te motiva. No sin ansiedad.
Pero no te dispares. No te pares. No te paralices.
Te enseño como gestionar de forma efectiva tu ansiedad.
Así que, ni mucha ni poca. La justa para la situación adecuada en el momento adecuado.
No me sirve tener adrenalina corriendo por mi cuerpo 5 días antes de la carrera. Ahora la quiero a tope en el momento de la salida de los 100 metros libres. Para eso me he entrenado.
Días antes me he entrenado para este momento. ¡Ahora es el momento de soltarlo todo!
Ahora que ya sabes por qué el miedo te paraliza. Ya puedes soltar la culpabilidad y buscar soluciones efectivas para superar tu problema de ansiedad. Se puede. No en vano, como especie no sólo hemos sobrevivido a ella si no que hemos superado los obstáculos para avanzar.
Te espero en el siguiente capítulo.
Deja tus comentarios debajo.
Y si te ha gustado, Comparte.
El miedo nunca lo he visto como un buen compañero de viaje. Pero también comprendí que si existe, es para darnos la oportunidad de crecer ante determinadas pruebas que nos impone la vida, entre otras cosas.
En este artículo me he visto muy reflejado en ese roedor que se paraliza ante la llegada del zorro. Creo que, una vez más, el artículo es muy acertado en el mensaje que transmite. No es fácil llevarlo a la práctica, pero con tus enseñanzas estoy seguro de que se conseguirá.
Gracias Mari Carmen.
Me encanta leerte, ver que no estoy sola y que puedo aprender a controlar mis miedos. Gracias
Comprender los mecanismos de la ansiedad y de las leyes psicológicas ayuda a este objetivo. A por ello Maria Angeles. Un placer.
Muy sabios consejos para afrontar el día a día. Gracias, Mari Carmen.
Gracias Motse por tu feedback. Un abrazo
Muy bueno Mari Carmen, más claridad para conocernos.
Un abrazo.
Si, muchas veces es cuestión de supervivencia. Un placer Pilar.
Gracias Mari Carmen, me ha encantado tu post (o como se diga).
Me ha quitado un peso de encima! Además de la angustia que me genera la ansiedad, por la que transito en estos momentos, me machaca mucho la idea de que no hago nada. Hay dias que estoy como paralizada sin saber para donde tirar e incapaz de aprovechar el tiempo. Creo que me siento como ese roedor delante del zorro del que hablas. Al menos sé que es cuestión de supervivencia.
Espero que sigas contándonos cosas tan interesantes.
Gracias Selena por tu comentario. Ahí estás, a la espera de que pase el peligro y/o encuentres mejor estrategia para afrontarlo. Estás viva, Te salvaste.